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Marisabel Macías Guerrero - Literatura erótica y feminismo

Escritora nacida en Los Mochis, Sinaloa. Fue ganadora del Premio Estatal de Cuento Ciudad de la Paz 2014 con el libro de relatos Penny Black. Se define como una eterna lectora de filosofía, feminista, amante de la docencia y promotora cultural independiente.

Publica en su propio Blog y en revistas virtuales como RojoSiena, Liberoamérica, Sudcalifornios.com, ProyectoCascabel, Pez Banana, entre otras. Cuenta con publicaciones en CantaLetras, Grito Zine,Solar y Libélula nocturna, revistas impresas de circulación nacional.

Platicamos con ella sobre su obra, el erotismo, la censura y el empoderamiento de la mujer.

Devotion: ¿En qué momento decides ser escritora? ¿Qué fue lo que te motivó?

Marisabel Macías: Iba decir que no, pero sí; una decide ser “Escritora”, nombrarse, adoptar esa etiqueta, explorar el personaje. Quizá algunas personas conocen el momento justo de la vida y la memoria, en el que se dijo a sí misma que se determinaba a ser escritora…Pero, creo que antes de eso la escritura ya te ha puesto a andarle. Me gusta contarme que es un llamado que no se escucha, se siente; se practica. Te posee. Que una de pronto se descubre tomando la escritura como representación de la vida misma. Y el tiempo de escritura se vuelve el refugio soñado; el más grande placer contigo misma.

Te descubres descubriendo que la escritura nos permite, como escribe Szymborska, dividir un parpadeo en pequeñas eternidades, palpar una existencia infinita y poder darle una especie de orden. La escritura es una especie de venganza contra la finitud del hombre.

Desde pequeña acompañaba cada domingo a mi papá a comprar refrescos y otros faltantes para el abarrote, y recuerdo que ya de regreso, con frecuencia pasábamos a revisar los contenedores de basura de algunos lugares donde desechaban libretas de inventarios o alguna otra clase de papel o cuadernos, para que yo jugara con ellos; era lo que más me gustaba hacer, subirme a la cama y pasar horas escribiendo en esas grandes libretas;jugando a ser otras personas, me fascinaba eso. También jugaba a las Barbies, me encantaba inventar personajes e historias con esas muñequitas, proyectarme en ellas, imaginar mi vida cuando fuese grande.

Siempre estaba escribiendo cuentos, construyendo universos posibles. Así que, qué puedo decirte, la escritura ha sido una necesidad. Una forma de vivir, de ser, de intentar comunicar; de buscar; quizá de encontrar. Una manera de no perderse la pista; de sujetarse a la vida, de salirme con la mía. La escritura es algo que creo que todas deberíamos experimentar.

D: Conocimos tu obra al escucharte en un evento cultural leyendo algunos textos poderosos que hablaban sobre acoso y feminicidios. ¿Qué tan abiertas son las editoriales ante estos temas?

MM: Acabo de asistir a la FIL en Guadalajara, fue mi primera visita y estuve poco tiempo, pero quise aprovechar para preguntar en las editoriales si tenían libros sobre feminismo, teoría de género o estudios sobre violencia de género; y justo en el primer stand que entré, de una librería con letreros amarillos llamativos e ingeniosos, pregunté si tenían algo de esos temas y, para empezar, la persona que me atendió me vio con cara de no poder decir una palabra, así que giró, caminó unos pasos y se dirigió a un compañero, luego me pidió que fuese yo quien repitiera los temas que buscaba, porque ya no los recordaba; el hombre me respondió, supongo que honestamente, que “sí tenían pero que no habían llevado ninguno a la Feria…”, no creas que esa fue una respuesta única. Quizá eso responda un poco la pregunta.

Aunque luego entré a Miguel Ángel Porrúa, y ahí tenían libros en coediciones con algunas universidades del país, de estudios sobre violencia de género, migración de mujeres, explotación sexual, feminicidios; lo único malo fue que los precios no me permitieron acceder a ningún título.

Quizá quienes más abordan estos temas son algunos medios de comunicación, y no siempre de la mejor manera. Y por otro lado, debo decir que existen muchas páginas, revistas y blogs feministas que sí publican artículos, entrevistas, cuentos o poesía que abordan el tema de la violencia de género en todas sus formas.

Pero en cuanto a las editoriales, grandes o pequeñas, que se dediquen a publicar textosfeministas, o exclusivamente sobre violencia de género como tal, híjole, no sé qué tanto se está produciendo. Y no sé si no se publica por falta de apertura o por falta de propuestas; o es una mezcla de ambas. De lo que sí estoy segura, es que lo que se publica no es suficiente. Es un tema sobre el que urge reflexionar, y tomar acciones para erradicarlo.

Y bueno, yo publico en mi blog y en algunas revistas virtuales en las que tengo total libertad respecto a los temas; y mi libro lo publicó un Instituto de Cultura a través de resultar ganador en un concurso; aunque se inclina más por el erotismo y otras aristas del feminismo.

D: Definitivamente las mujeres nos encontramos viviendo momentos muy violentos en la actualidad y estamos perdiendo el miedo a alzar la voz. Eres una feminista. ¿Qué mensaje te gustaría que se llevaran tus seguidores al leer tu obra?

MM: La mayoría de mis relatos gritan con voz femenina, y son un medio de introspección y entendimiento del mundo, de lo que parece real; y pretenden ser una forma de expresar el descontento con lo que creo que anda mal, con todo aquello que propicia situaciones de desigualdad, de injusticia.

Escribo principalmente cuentos, me gusta compartir historias, prestar mi voz. En mis textos abordo distintos temas, todos llevan, obviamente, algo de mi mirada sobre la vida, ya sea con un toque de dolor o de ironía, de placer o de mirada crítica; también me gusta compartir mis dudas. Así que cuando comparto algo que escribo, sólo deseo que mueva algo en mi interlocutora; que le anime a sentir, a compartir, a desear. Con algunos textos busco sensibilizar, hacer contacto, comunicar algo, incitar; poner sobre el tintero un tema.

En mis cuentos exploro o juego con obsesiones como la angustia ante la muerte, el apetitopor comprender lo humano, las formas de amar; hablo sobre violencia de género, violencia sexual, me gusta invertir los roles de género, explorar el deseo, el cuerpo, hablar de lo que dicen que no se debe hablar…

D: Fuiste censurada en una universidad de tu estado por el libro de relatos eróticos Penny Black. ¿De qué manera lidias con este tipo de acciones para difundir tu trabajo?

M: Las mujeres vivimos la censura en diferentes ámbitos y etapas de la vida; y ha sido así durante muchos siglos; nuestra sexualidad, nuestro deseo, nuestra autonomía e intelectualidad han sido referencias prohibidas durante mucho tiempo; y parece ficción que en numerosos lugares del mundo lo siga siendo. Mucho de lo que tiene que ver con nuestro cuerpo, con nuestros derechos humanos, civiles, parecen ser palabras invisibles, que no se muestran. Claro, ha habido cambios, avances. Pero no podemos negar que sigue sucediendo. El punto es no conformarnos con eso, no permitir ser excluidas, ocultadas. Creo que, quienes sí podemos alzar la voz, debemos hacerlo, y debemos por lo menos buscar la forma de abrir espacios para que todas las personas tengan voz y vivan con igualdad y respeto.

Respecto a mi experiencia como escritora, y la censura:

Me invitaron, a través del Instituto Sudcaliforniano de Cultura y de la conocida y respetada promotora de lectura Patricia Valenzuela, a realizar una lectura de Penny Black en el Instituto Tecnológico de Mulegé, BCS; me pusieron en contacto con quien se encargaba de hacer la vinculación en dicha institución universitaria e incluso intercambiamos correos para ver los detalles del cartel, la hora y fecha del evento. Luego, de parte del ISC y Patricia me contactaron para decir que siempre no, y que en “confianza” y siendo muy honestos, aceptaban que el cambio de plan se debía a que en la Institución universitaria no estaba de acuerdo con que se leyeran relatos eróticos. Realmente me pareció un acto peligroso, que en una institución educativa, de ese nivel, en esta época, se tomen decisiones en nombre de las y los alumnos; que se prohíban temas, que se cierren los espacios a la cultura y al diálogo. Así que ante dicha situación, yo creí que lo más apropiado era denunciar públicamente aquel acto de censura; además discriminatorio, porque antes de míasistió un famoso escritor a presentar… una novela erótica.

El caso es que ante mi iniciativa de denuncia, ante mi voz señalando un acto tan retrógrado e impositivo, pues la Universidad comenzó a declarar que nunca se había concretado la invitación, que yo me había invitado sola, que todo era una confusión, etc. Lo cual me molestó mucho más, pues al parecer estaban dispuestos a desprestigiarme, antes que admitir que les asustaba o molestaba el tema. Me buscaron de parte de la universidad para convencerme de que yo me había apresurado con la lectura, y sacaron una nota afirmando que no se me vetó… Todo como una muy bizarra película. Y la forma en la que lo afronté, pues, fue seguir firme en lo que creo. Estoy segura de mi compromiso con la escritura y la promoción de lectura, y de que eso fue una censura, de que me apena el comportamiento de la universidad; y no estoy de acuerdo con la decisión y acción de la universidad, pues hiceuso de la palabra y los medios de comunicación para abrir el diálogo y la reflexión al respecto. Esa es mi forma de lidiar con eso.

D: ¿En qué te inspiras para escribir relatos eróticos?

MM: En la vida. Como dije, la escritura es una forma de explorar, de descubrir, conocer, representar; así que procuro que mi vida fuera de la escritura alimente la ficción y viceversa. Me gusta escuchar a mis amigas; me gusta asomarme a las vidas ajenas. Leer cuentos. Escribo lo que me mueve, me ocupa, me conmueve, me excita…

D: ¿Cómo vives el ser una escritora independiente? ¿Cuáles son los retos a los que te enfrentas?

MM: La renta, ese ha sido mi mayor reto (sonríe). Y aunque parezca broma, ya lo dijo Virginia Woolf, el no contar con un espacio propio, con las necesidades básicas resueltas, siempre se convierte en un obstáculo para dedicarte a lo que te gusta, si eso no da el dinero suficiente para sostener al menos una vida. Así que la solvencia económica ha sido mi mayor reto.

Sin dejar de mencionar que son muchos y diversos los retos a los que nos enfrentamos las mujeres, más allá de dedicarnos a escribir o a otras cosas; y aunque hay avances innegables, creo que todavía existen muchos campos en los que las mujeres la tenemos complicada, llevamos desventaja; la literatura, la música, el cine, los deportes, la ciencia, son espacios en los que existen muchos ejemplos de que a las mujeres, muchas veces se nos toma más en cuenta por nuestro cuerpo, que por nuestros logros y desempeño; de que somos minoría representando voces expertas, de que no se nos toma en serio, o se nos condiciona con sexo; entre muchos otros ejemplos de “retos”.

O tú dime, ¿cuántas de nosotras hemos sido acosadas en algún trabajo? ¿De cuántas formas?

D: En Devotion buscamos aportar al desarrollo de una comunidad libre de tabúes a través del arte y el erotismo. ¿Crees que la sociedad mexicana está cerca de lograr vivir sin prejuicios ante la sexualidad?

MM: No creo que podamos hablar de cercanía, de liberación de tabúes, pero sí creo que merece nuestras energías el proponer espacios libres de prejuicios, que ayuden a disolver la violencia y a cambiar paradigmas, frente a este y otros temas; pienso que necesitamos más espacios como Devotion, que agiten conciencias, para que se abra el debate.

Estamos muy lejos aún.

Busca a Marisabel Macías en:

FB @marisabelBCS

https://liberoamerica.com/2017/12/14/baldragas/

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